Este curso no veremos a Mª Dolores Donato por los pasillos y las aulas del Colegio.
El curso pasado se jubiló merecidamente de un trabajo y una vocación desarrollada en nuestro centro. Su energía, alegría y preocupación por sus alumnos quedarán en nuestro recuerdo como ejemplo de marca del San Pedro Pascual. No es una despedida, Mª Dolores, es un «hasta siempre, compañera»