Marién… Marién es ese tornado de alegría, energía y vitalidad que va por los pasillos de nuestro Colegio.
Marién es profesora que reparte la más bella de las sonrisas, besos, abrazos y una inagotable positividad. No me imagino los pasillos de nuestro Colegio sin ti, querida compañera. No imagino tu aula -donde todos sabemos que todo está «colocado y en su sitio»- sin tus mensajes positivos en la puerta, en la pizarra… Y es que tu aula es como entrar en Marién en el país de las maravillas, donde todo es posible, donde con tu gran variedad de actividades y juegos has ayudado durante tantos y tantos años a aquellos alumnos que más lo han necesitado.
Marién, tu infinita paciencia, serenidad y buen humor ha construído escalones intermedios para que el alumnado pueda subir mejor la escalera del conocimiento. No podemos olvidar que fuiste una luchadora y defensora del aula de apoyo e integración, uno de los principales pilares de los que este Colegio puede presumir.
Parece mentira que el día de tu despedida haya llegado. Porque aunque sigues siendo una jovenzuela, te jubilas. Y así, como leí hace poco, donde hiciste bien las cosas, siempre te van a extrañar.
Te queremos hasta la Luna, ida y vuelta.